21 feb 2008

Una disfunción eréctil puede predecir un problema cardiovascular con tres años de antelación.

La disfunción eréctil es un tema importante no sólo porque sea un problema que permita o no tener relaciones sexuales sino que también puede ser un indicador de un problema de salud cardiovascular más serio”. Estas manifestaciones las ha realizado Ander Astobieta, presidente de la sección de Urología de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao en la última edición de Encuentros con la Salud, que en esta ocasión se ha centrado en La salud sexual en el hombre a partir de los 40.

El urólogo ha manifestado que un problema de erección, a partir de los cuarenta o los cincuenta años, “puede aparecer como un síntoma tres años antes de que el paciente pueda tener un problema vascular más serio a nivel del corazón”. Puede ser un indicio de “una enfermedad subyacente y de salud cardiovascular”. Esto se explica en función de que el paso de la arteria cavernosa es “relativamente pequeño”, por lo que puede acusar antes que otros vasos más grandes un problema cardiovascular.

El experto indicó que las disfunciones eréctiles son de dos tipos, “o bien de causa orgánica o bien de causa psicológica y muchas veces están mezcladas las dos”. Dentro de las causas orgánicas, las más importantes son vasculares, “y no es que haya una causa única sino que son varios los factores de riesgo que se juntan para producir un problema de erección, como pueden ser la edad, la hipertensión, la diabetes, el aumento de colesterol y el tabaquismo”. De este modo, cuantos más factores reúna el varón, más probabilidades tendrá de padecer un problema cardiovascular.

¿Cuándo hay un problema?

Cuando se produce un fallo en la erección para conseguir o mantener la erección de forma continuada en el tiempo, “si pasa en una ocasión o dos esporádicamente, esto sería incluso hasta lo normal; pero si esto se repite con mucha frecuencia, se debe consultar al médico porque la persona debe saber que hay posibilidades de tratamiento médico”.

Los problemas de erección, en muchas ocasiones causan inestabilidad, estrés “e incluso pueden provocar la ruptura de la relación porque para muchas parejas las relaciones sexuales son muy importantes”. Por ello, en estos casos también es importante que “tanto el urólogo como el médico de cabecera estén sensibilizados con el problema ya que tiene importancia”. Si bien es cierto que “hay de todo”, ya que también hay parejas que a una determinada edad “ya no les importa tanto”.

La recomendación del urólogo a las personas que tienen este problema es que acudan al médico para valorar los síntomas, ya que “es algo más complejo que tomar una pastilla”. Según indicó, lo primero que se le hace al paciente “es una historia clínica y se le ve si hay antecedentes de riesgo; con eso se le pide una analítica para ver el estado de dichos factores, analizando, entre otros, la glucemia, el colesterol y también la testosterona plasmática”.

Tratamiento:

El tratamiento para la disfunción eréctil es “en un primer momento, farmacológico y por vía oral, con inhibidores de la 5-fosfodiesterasa”. En el caso de que los fármacos orales no respondan, “se suele pasar a fármacos intracavernosos (inyecciones en el pene) y si no funcionan tampoco, se le remite a cirugía en la que se le implanta una prótesis al paciente”.

Dependiendo de la patología que tenga el paciente, “el tratamiento con fármacos registra entre un 80 o un 85 por ciento de éxito”. La cirugía, por un lado, es un método irreversible “pero que da un buen resultado y arroja una satisfacción de los pacientes de en torno al 80 u 85 por ciento de los casos”.

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